A
MODO DE PRÓLOGO O PRESENTACIÓN
Una literatura regional o nacional no la
hacen dos o tres conocidas y consistentes grandes obras, una literatura la
conforma una serie de publicaciones, de diferente calidad, estilo y méritos, es
lo que conocemos como el canon. Y de igual forma que un bosque está conformado
por cientos de árboles, hierbas y arbustos, una literatura existe como
expresión de cientos de textos, algunos el otoño posterga otros el verano
publica. Y las estaciones pasan y cual hojas van secándose unas y reverdeciendo
otras.
Dicho lo anterior, la presente publicación
no es una antología, ni un florilegio, ni expresión fidedigna del parnaso
regional, es solo una muestra de una serie de textos de quienes hoy escriben en
nuestra región. Y su propósito no vas allá de mencionarles entre quienes hoy
leen para escribir mañana.
Es una muestra dispersa como es nuestra
región, pues ( y escribo “pues” ex profeso) nuestra literatura sigue siendo “un
genuino producto de nuestro medio ambiente político y etnográfico, o un
reflejo, a través de este medio, de intermitentes proyecciones filosóficas o
artísticas” tal cual lo dijeran J. Molina y J.A. Araya en su “Selva Lírica”.
Pero al escribir en la frontera se le suma
riesgo y amplitud, además de nuestra interculturalidad y nuestra estirpe
chileno peruana, porque todo acto de escribir, de escribir literatura se
raigambra y expresa en una identidad, y ese es el valor de esta muestra. Mas
que sus blasones literarios, o su aporte a la renovación del lenguaje, son sus temas
y el manejo de nuestro castellano en isoglosas inciertas.
Por lo que no es ni gratis ni anecdótico
encontrar entre los textos a un perro corriendo con un cartucho de dinamita
atado al lomo por la ladera del morro, a “la china Supay” junto a Caribdis, o a
Anita Ekberg y la importancia de un animal negro. A Calderón, Lastra y
Santander la mano se les vino mas sencilla: estaba el costumbrismo para
explicar la antología, para nosotros la situación es a decir lo menos,
compleja, mas incluso si se cruzan el Tomo I y II de las presentes “Muestras Generacional de Literatura de
Arica y Parinacota”. Sí,compleja es al situación, pues conviven además de
una variedad de temas, motivos y lenguajes, dos generaciones perturbado-ramente
distantes. Y si de algo estamos claros al final es que nuestra selva lirica,
sino tupida ni con envergadura de bosque de araucarias, sí de una variopinta
textura.
Ambas Muestras, son fiel testimonio de lo
que se escribe hoy en la frontera, lo decíamos: interculturalidad, una estirpe
compartida, amplitud idiomática y temática, que se suman a la búsqueda, a a la experimentación, a la ruptura propias de
todas nuevas generaciones.
Sin embargo a quienes presentamos en este
Volumen 1 los toco vivir y escribir, junto con las señas ya dichas, mas allá
del margen. Mas allá de ese descampado en el que terminaba Chile. Arica estaba
mas allá de la frontera norte del imaginario nacional del siglo XIX, ese
imaginario que concebía al desierto como el vacio en el contexto del barroco
americano. Mas allá de lo inhabitable, de lo estéril, de lo inhóspito, de lo
que Vicuña Mackenna llamara “el país silencioso de la muerte” y del que A.
Benavides dice que “oprimía el ánimo e infundía pavor”, alla, en la otredad, en
la otra rivera de ese imaginario social con que Chile viera el descampado de
Atacama como se le llamó durante la colonia y gran parte del siglo XIX, se
encontraba el poblado de Arica.
Quienes escriben en este volumen viven su
época de gestación el mediar el siglo pasado, una terrosa cuesta de Camarones
les unía a Chile y sus referentes culturales mirar mas hacia el Ande, hacia el
pasado, hacia el desierto visto desde su espalda, que hacia la bohemia, la
tertulia literaria, el campo o el hacinamiento de las ciudades.
Esta es asi también una invitación, una
invitación a leerles, a comprenderles y porque no, a estudiarles.
R.A. Pérez M.
Director Regional de la DIBAM
Ref.- B Vicuña M “El Libro de la Plata”
1982, A Benavides, “Seis años de Vacaciones” 1988; en M Vicuña “La Imagen del
Desierto de Atacama” 1995; J Molina, J
Araya “Selva Lírica” A Calderón, P. Lastra “Antología del Cuento Chileno”
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